Podría pegarte mi CV, pero sería muy aburrido, así que mejor te cuento la historia que hay detrás.
Y si sigues leyendo hasta el final... quizá te sorprenda.-)
Llevo más de 20 años trabajando en el sector de las inversiones en startups, he visto nacer el ecosistema, me he formado como abogado en Clifford Chance y Garrigues, y acumulo varios premios, como por ejemplo:
Durante tantos años ha habido tiempo para todo tipo de experiencias.
Durante los 8 primeros años de mi carrera profesional fui abogado de fondos de capital riesgo (VC), con lo que pude aprender cómo piensa un VC y sus líneas rojas, así como distinguir a los que son justos de los que se aprovechan de la diferencia de preparación y experiencia respecto a los emprendedores.
En febrero de 2015 creé mi propio despacho gracias al impulso de Wayra, que me acogió en sus oficinas de Barcelona y Madrid y me acogió como Mentor residente.
El despacho se llamaba M&Partners (el nombre y el branding fue una chulada de regalo de Marc Ros y Risto Mejide) y estaba totalmente focalizado a emprendimiento.
Era una época en la que había menos competencia en el sector, con lo que fue todo muy bien desde el principio. En sólo un año acabamos en los primeros puestos de los rankings de operaciones de M&A y de Venture Capital y fuimos nominados en los I Premios Expansión Jurídico como uno de los 5 despachos revelación en España, pero lo más importante es que dejamos una huella en el mercado con nuestro estilo fresco y desenfadado.
Cuando ayudas a emprendedores creces con ellos.
Siempre digo que ser abogado de emprendedores es mucho más difícil -y estimulante- que ser abogado de los VC.
La razón es que el cliente VC ya sabe de inversiones. Sin embargo, el emprendedor necesita que le expliques, que le formes y que le guíes en todo momento.
Que tu experiencia sirva para advertirle de los peligros de cada inversor y de cada contrato. Pero es que además hay que explicarlo todo con un lenguaje muy simple, muy comercial, muy práctico y orientado a resultados.
Es por eso que cuantos más años pasan trabajando con emprendedores más preparado me siento en todos los sentidos.
Reinventarse o morir.
Pero el mercado evoluciona y nunca hay que permanecer en la zona de confort demasiado tiempo, por lo que he buscado siempre el cambio y la innovación, así como los mejores compañeros de viaje para mi cartera de clientes. Como director del Área de Emprendimiento e Innovación de Andersen en España y Portugal, impulsé nuevas formas de asesoría legal y de negocio. Guardo un grandísimo recuerdo de mi etapa en el Grupo INLEA (de Silicon Valley), donde como CEO de su rama legal en España y gracias a las ideas vanguardistas de Xavier Simó, implementamos un enfoque integral en la asesoría a startups, combinando derecho, economía e ingeniería. Gracias a ellos aprendí todo lo que sé de blockchain, web3 y metaverso área en que represento a importantes clientes del sector.
En paralelo a mi práctica legal, he desempeñado un rol activo como mentor en gran parte de las aceleradoras significativas del país. Desde mi larga estancia como 'Lawyer In Residence' con Wayra y Telefónica Open Future, hasta mi colaboración con Aticco, La Salle Technova, y muchos más, he dedicado esfuerzo y pasión a guiar a cientos de startups. Utilizo mi experiencia acumulada en el ecosistema emprendedor, desde inversores hasta startups, para asesorar en la estructuración y optimización de la búsqueda de capital. He vivido el emprendimiento en primera persona: como inversor, fundador, y hasta como directivo en el mundo del deporte y vicepresidente de la Asociación Española de Crowdfunding.
A los 16 años tuve que elegir entre seguir estudiando o seguir con mi carrera de ciclista e intentar ser profesional. Algunos de mis compañeros de pelotón lo consiguieron, como Joaquim Rodríguez. Corrí en el mismo equipo que Juan Antonio Flecha. Dos grandes ciclistas que marcaron una época.
Antes que abogado fui humorista en la radio. Teníamos un programa diario en Sants-Montjuic Radio que se llamaba "El Caimán" y otro los sábados noche que se llamaba "La noche del Caimán". Ambos dirigidos por Lluís Sardà. Yo me encargaba del guión y de imitar voces, que es algo que de niño siempre se me había dado bien de manera natural. Era la época del programa "Força Barça" y llegamos a debutar en Radio España (ahora Europa FM) donde por los pasillos coincidía (y competía) con un jovencísimo Carlos Latre. Nuevamente acabé escogiendo seguir con los estudios, aunque los que me conocen saben que ejerzo de humorista a diario. Con un humor muy particular, eso sí, pero marca de la casa. Porque la vida con humor sabe mejor.
Durante la carrera de Derecho trabajé como auxiliar de cámara de unidades móviles en TV3. Es decir, era el último mono y mi trabajo era montar y desmontar las cámaras y el cableado en todos los eventos deportivos (desde el Barça de fútbol al Vic de Hockey Patines), sesiones del Parlament, conciertos, castellers, campanadas, y demás acontecimientos que la televisión catalana decidía retransmitir en directo. Guardo muchísimas sensaciones únicas por haber estado en acontecimientos históricos o únicos, como pasearme por el túnel de los vestuarios del Camp Nou con los jugadores gracias a mi brazalete de prensa. También recuerdo estar en la última investidura de Jordi Pujol, quien por cierto casi se cae por culpa de uno de mis cables, que se me enredó con tanta gente que se le acercó a felicitarle en el Parlament. De hecho, lo del cable da para muchas historias.
Posteriormente, ocurrió algo muy curioso y es que acabé siendo contertulio en el entonces programa líder de audiencia en Catalunya "Els matins de TV3". Participé en doce programas y, cosas del destino, los auxiliares de sonido que me ponían el micrófono habían sido mis jefes en mi época de auxiliar de cámara.
Fui directivo de un club de fútbol profesional: el Albacete Balompié, de la mano de la familia Iniesta, con quien tuve la suerte de trabajar con ellos y de ser acogido como uno más durante 3 años. Me lo pasé bomba. Hacía de todo, firmar fichas de los jugadores recurrir tarjetas, tratar con el Consejo Superior de Deportes, negociar contratos con jugadores o me dirigir juntas generales televisadas y conflictivas. Además, siempre que podía, viajaba con el equipo, asistía a las comidas entre directivas y muchas veces me tocó presidir la comitiva del equipo en dichos viajes.
Fue una experiencia inolvidable.
Vivimos un descenso y dos ascensos.
Finalmente vendimos el club en 2017 a sus actuales propietarios.
Dos consejos sobre Albacete:
1. Se come de fábula.
2. Hay una calle de copas (la calle Concepción) que tiene 200 metros y es imposible acabársela.
Como practico el humor a diario una de las cosas que me caracterizan son los juegos de palabras. Si nos conocemos en algún networking lo descubrirás rápido. Por contar una de miles, un día con mi grupo que se hacen llamar “emperdedores”, “emprendigentes” o simplemente emprendedores de Barcelona decidí pornernos nombre: “4BFN" (Four Beers From Now), que viene de "4YFN" (Four Years From Now), el evento para startups de la Mobile World Congress). Nos vinimos arriba. Creamos camisetas y diseñamos todo un plan para montar algo grande que, obviamente, nunca sucedió, pero lo que sí que ocurrió fue que la organización de la Mobile se enteró y nos dedicó una página entera en su newsletter mundial.
Me enamoré de Canarias por que un cliente me invitó al carnaval en 2014, me subió a una carroza y fue una de las mejores experiencias de mi vida. De hecho, no he parado de ir desde entonces varias veces al año. Cosas del destino, me tocó presidir un partido Las Palmas-Albacete, al que me llevé al palco a todos mis amigos canarios que celebraban los goles de Las Palmas en los asientos reservados al Albacete. Nadie entendía nada.
Soy un amante de los Bulldog franceses (frenchies) por su carácter juguetón, su testarudez y su constante chantaje emocional.
A la izquierda Mojito, que llegó a ser muy conocido en el ecosistema (D.E.P.) y a la derecha Perla, un peluche que sigue dando guerra incansablemente.
En 2023 he sido padre de Romeo y de repente he entendido muchas cosas de la vida. Espero transmitirle mis ganas de vivir experiencias y que construya su propia historia.
Pues de eso se trata la vida: ¡de vivirla!
Espero que te haya gustado mi historia. No sé si te he sorprendido, pero si nos conocemos en un evento, estaré encantado de conocer la tuya, con una cerveza en mano, eso sí.